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La Tela de AraKne

EL NACIMIENTO DE OAXAKA

Ayer de madrugada pensaba: ¡qué extraño es el amor!... y hoy me levanto pensando: ¡qué extraños son los laberintos de la mente! ¿Nada se pierde en ella?. No, parece que todo está ahí guardado, aguardando, como si fuera un desván en el que alguien, varios habitantes de una casa, llevaran más de treinta años arrojando o depositando objetos inservibles, bellos inútilmente, relegados al olvido... ¿En cuántos nombres habré pensado desde que decidí bautizarme de nuevo con uno... En 'La quinta montaña' de Coelho (no voy a avergonzarme ahora de haberme leído todos sus libros y por eso ser tachada con una funesta 'X' por todo buen intelectual que se precie de serlo) se dice: 'que cada uno tiene un nombre de cuna, pero tiene que aprender a bautizar su vida con la palabra que eligió para darle un sentido'; pues bien, yo llevaba toda la semana barajando posibilidades... pronunciaba éste, aquel, hojeaba de arriba a abajo el diccionario de los nombres leyendo su etimología, nombraba objetos, cualidades y no sucedía nada... no eran, no era ninguno y así como quien no quiere la cosa y sin venir a cuento apareció el nombre de una ciudad, creí que sólo era una ciudad; aún no sabía que era toda una región... 'Oaxaca'. ¡Ey!. Me gusta... Lo repetí: 'Oaxaca, Oaxaca, Oaxaca'... sí, que me gustaba, también era una etapa de un viaje del que me habían hablado... ‘Oaxaca’... sonoro, exótico, fuerte... ¿Y no quedaba cerca de Puerto Escondido?... playa solitaria, Claudia, pescador de perlas, amor y despedida...

Yo iba a viajar a México, supuestamente, dentro de unos días
a la ciudad de Palenque, a internarme en la selva... Fue un deseo que alguien fue colocando en mi cabeza sin yo casi querer. Fui escuchando sus historias, sus cuentos, sus leyendas... leyéndolo... y fui dejándome encantar por él, por ellas... México, Chiapas, el Istmo, el Usumacinta, la jungla me parecía fascinante... Pakal, la reina roja, los mayas, sus princesas, Zapotecas, mixtecas, el cenote sagrado de Chichen-Itza, la pirámide de las inscripciones, el patio de las mil columnas, la ayahuasca, mi 'animal'... los indios que no cuentan las verdades que cuentan los libros, ni te enseñan lo que se enseña en las universidades... antiguas civilizaciones que compartían y se mixturizaban en un territorio atractivo y lejano lleno de lagunas y arenas movedizas que se tragó la historia, cráteres lunares de lo inexplicable, misterios, no hace falta pensar en las caras de Marte para tener algo que descubrir... pero sobre todo Claudia aquella tarde bajo la lluvia de Palenque... todo ello era como una voz que me llamaba, que me arrastraba hacia el ojo de un huracán...

2 comentarios

Banumiel -

Vaya, es bueno eso de buscar un nombre para ti propio. Poder elejirlo tu y que te marque para toda tu vida. Voy a hacer lo mismo.
PD: Mi autor favorito es Eduardo Galenano pero Coelho me encanta, es genial

Banumiel -

Queria decir Galeano