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La Tela de AraKne

Resumen sucinto de mi primera peregrinación

El domingo 6 de junio minutos antes de alcanzar la madrugada del lunes el autobús se detuvo y me dejó a unos metros de mi casa.

La aventura había comenzado el lunes anterior, un 31 de mayo a las seis menos cuarto de la mañana. Sólo a mí podría habérseme ocurrido arrastrar aquel enorme baúl (un duro trolley de ruedas) por las calles desiertas de mi ciudad durante casi dos kilómetros. No sé porqué no llamé a un taxi aunque los taxis no me gusten y eso fuera motivo suficiente para ello. Soy rara. Siempre he sido rara y extrañamente ahora no tengo prisa alguna por contarlo. Sé que tardaré meses quizá en digerir esta experiencia, en rescatar los errores cometidos del olvido, en tal vez premiarme porque aciertos no faltaron. Se me ocurre que faltaron paisajes para añadir una imagen de ellos aquí ahora pero se me ocurren tantas cosas que no dejo por el momento que se detengan en mis manos... siento que aún estamos caminando.

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