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La Tela de AraKne

Me parece Mentira...

El ayer y el hoy

El ayer y el hoy 05 de septiembre del 2002

PEQUEÑO DIARIO COTIDIANO: Lo sabía, ayer no me preguntes por qué pero lo sabía... apareciste entre el gentío, sobresaliendo por encima de todas las cabezas y tus ojos, como un ave rapaz, no se apartaron de mí. Venías lleno de devastación y golpeaste mi cuerpo, a tu paso, con fuerza... sólo con la mirada, con lo único que tu mundo te dejó, lanzando tus ojos hasta mis caderas como unas garras. Todos los otros venían tras tuyo... tu hermano, tu hija,... todos. Regresé y allí estabas, cómo sabiendo que vendría.

Este pasaje, por el contrario, si lo recuerdo perfectamente. Y estos son los beneficios nemotécnicos de la descripción emocional pormenorizada... Había estado con 'en las nubes' viendo 'Rompiendo Olas' de Lars Von Trier en su casa y ya me iba de vuelta a la mía. Me crucé con la comitiva por una calle lateral a la iglesia de XXXXXX; espacio arquitectónico situado en el centro de nuestra pequeña ciudad. Y no pude resistirlo, tenía que seguirles. Luché contra mi impulso unas cuantas calles más pero ya regresaba tras mis pasos cuando recibí la llamada de 'en las nubes' avisándome. Ellos estaban en 'xx xxxxx', una de las terrazas en la zona de vinos... Me armé de coraje y fui a encontrarme con ella. Él me descubrió pronto. La mía no era una presencia acostumbrada por el lugar. 'en las nubes' tardó unos minutos en aparecer y me entregó la otra película de Trier que acababa de alquilar en el video club, 'Los idiotas'. La vi aquella misma noche, y aunque lenta en exceso, su mensaje era impactante.

¿Me sigues?

y dicho sobre el amor de los dieciocho años

y dicho sobre el amor de los dieciocho años ''Me enamoré como una tonta, como una loca, como la mayor de las dementes. Fue un auténtico flechazo. ¿Así?, ¿de esa manera autócrata y absoluta...absorbente y maravillosa?, no ha vuelto a sucederme nunca. Las demás veces que luego ocurrió he podido luchar contra el amor; al amor le dejé entrar en mi alma con mi consentimiento

Enamorarme, aquella vez, me dio fiebre. No era capaz de comer, no era capaz de respirar sosegada, ni de dormir, ni de parar de pensar un sólo segundo en él y todo mi mundo comenzó a girar en torno suyo. Jamás creí que algo como aquello podría asirme así. No sé lo que ocurrió pero de pronto queria ser mejor, crecer inmensamente, internamente, ser perfecta, cultivarme... Llevaba años anclada en la más espantosa y anodina falta de estímulo intelectual y puede que hasta espiritual... quizás no fueron años pero me lo parecieron. Me cuesta viajar con conciencia hacia atrás de ese momento, de esa tremenda sacudida en que llegó y me sepultó el amor. Fue un alud de vida... ''